para un amigo que está en el otoño del invierno de sus días, para José Suárez Donoso
Los nudillos de tus manos de madera están colmados de tiempo,
Entumecidos por los inviernos, apenas sostienes a tus queridos nidos,
Tus ramas alzadas al cielo se colman de anécdotas vivas,
…y en el suelo yacen las muertas
Las raíces están ansiosas de volver a escarbar con tus dedos la tierra…
Y clavarle las ganas al secreto de la primavera
Las hojas de tus ojos están a medida de las historias,
La cara al frente desafiante, ¿qué importa la edad de tus ojeras?
Tu tronco no le pertenece a nadie, no tienes rey, patria o bandera
Tú no te agachas, la reverencia la haces al viento,
por si te abraza...
Hermoso y sublime Mafa, intención y sentimiento de la mano.
ResponderEliminarMe encantó el último párrafo, supongo que a él también.
Gracias
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